How to be a MOM

Hoy estoy aquí, después de muchos meses para contar esa experiencia que, dicen, es maravillosa.

Hace unos pocos meses me enteré de que íbamos a ser papás y desde antes de saberlo con certeza absoluta, mi cuerpo ya daba señales de ello…

Empecé con náuseas, dolores de pecho, y un sueño que era absolutamente incontrolable. No bastaba con eso, que un día me dio un pinchazo en la espalda y desde entonces estoy de baja (ciática). Vaya, que el embarazo, digan lo que digan, no estaba siendo tan maravilloso como la gente decía… Me tiro el día en casa, sin poder hacer prácticamente nada y las pocas veces que salgo a pasear, voy con la cosilla de si lo estaré haciendo mal aunque el médico me dijera que debía hacer algo de ejercicio.

Resulta que cuando una mujer se queda embarazada, experimenta todos los miedos que no ha tenido nunca. Cuando cogía peso inconscientemente, al segundo me sentía fatal y me daba un cargo de conciencia insoportable. Me decía que tendría más cuidado, hasta que se me olvidaba y volvía a hacerlo sin querer. Mis compañeras del trabajo me lo repetían una y otra vez. No sabéis cuanto os lo agradezco ahora.

Tampoco era el peor de mis miedos… De repente veía en la tele o por la calle un montón de peques con algún síntoma de que no había ido como debería, y tenía pánico de que nos pasara a nosotros. Dicen que ese miedo es común, sobre todo, en mamás primerizas.

Pero hoy, he descubierto qué es lo maravilloso del embarazo. Lo maravilloso del embarazo es ver cómo tu bebé está creciendo dentro de ti, con sus pies cruzaditos y, de repente, ver cómo da un salto y se queda tan a gusto. Lo maravilloso es tener al lado a un futuro super papá que está sonriente de oreja a oreja y emocionado de ver a su bebé tan grande en tan poco tiempo. Lo maravilloso es que desde ese momento, ese recuerdo estará en nuestras cabezas el resto de nuestra vida y cada vez que pienso en él, sonrío.

Ahora estoy feliz de vivir cada capítulo de esta fase -con sus pros y sus contras-, de ver cómo mi barriguita va convirtiéndose en barrigota, de tener al lado a un montón de personas con las que compartir esta experiencia, y, sobre todo, de tener una persona junto a mi que, sin ninguna duda, será un padrazo.